martes, 1 de noviembre de 2016

LO MISMO QUE ÉL
-Lo mismo que él.
-Pero señor, lo que pasa es que… Es nuestro cliente especial…
-¿Y qué, yo no soy lo suficientemente especial para ustedes?
-No se trata de eso, señor…
-Voy a beber lo mismo que él y no me importa, cueste lo que cueste. ¿Me lo va a servir o me voy a otro bar?
El camarero suspiró y le sirvió un vaso lleno de algo que parecía un Bloody Mery pero que olía de forma distinta. Ya se había bebido la mitad antes de que, cagado de miedo, reconociera el sabor salado y el olor ligeramente metálico. Escupió el trago que tenía en la boca.
El cliente especial, envuelto en la capa negra, se dio la vuelta y le miró con una amplia sonrisa, mostrando sus colmillos blancos, largos y afilados.


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