domingo, 3 de octubre de 2021

La escritora charla con Pablo Picasso


LA ESCRITORA: Escribo sobre una línea azul que atravesará el cielo. El cielo se resumirá en esa línea azul que lo atravesó. Entonces, la línea que no he escrito todavía, se convertirá en un pájaro y creará más y más pájaros nuevos a lo largo de la línea azul del cielo. 


PICASSO: Sabes, yo creía en la eternidad. Por eso volvía en el tiempo, hacia el impulso intuitivo y la expresión del hombre primitivo. Los primeros cuadros dibujados y mis cuadros ahora están conectados por una línea de eternidad, que no dibujé yo, sino el destino de la expresión artística. La linea de eternidad, que hace de la historia, el presente omni-presente. El presente immortal, eterno, donde todos los artistas vivían, viven y vivirán eternos en los pensamientos de admiradores futuros de su arte.


LA ESCRITORA: ¡La veo! Y ahora, todos los cuentos que he escrito nunca, y todas las líneas por venir, miran por mi ventana la lucha de los tus colores, la lucha de las imágenes y la lucha de los acontecimientos. Cuando se acaben todas las peleas, todos los dibujos y todas las líneas cargarán con el fardo del acabado y el final y se irán a esperar a escondidas a sus artistas, los pintores en la eternidad.


PICASSO: Una vez llamé a la puerta de los colores negros. Me agarraron y me mostraron la hipocresía de todos los demás colores. Por eso ahora busco la sinceridad de las formas, los colores y las imágenes, para demostrarles a los colores negros que todavía hay un núcleo de incorruptibilidad en otros colores, un núcleo que he moldeado en mí mismo. Ese es, era, y será el rol de los artistas a lo largo de la historia—cargar con el núcleo de incorruptibilidad e intentar plantar su semilla en el alma de humanidad.

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