Sudo con excitación.
Quiero fumar, aunque normalmente no fumo.
Me siento aliviada.
Relajada.
Miro a su foto y me gusta mucho.
No él, sino la foto. Salió bien en la foto
aunque no era muy guapo.
Ya no estamos juntos.
Ahora él yace a mi lado. Callado, fino y
tranquilo.
Así lo quiero.
Quería volver a él, quería que vuelva a mí,
que volvamos uno a otro.
Él no quiso.
Nada es fácil con él.
Éste es su piso.
Antes era nuestro.
Odio a peleas, especialmente con él; me
vuelven loca.
Mi mano sangrienta toca a su cara sangrienta con
ternura.
Inmóvil.
Como una estatua.
En un charco de sangre. Huele a sal del mar.
Ideal.
Le gusta ponerme nerviosa, irritarme,
volverme loca.
Y yo me enfado con facilidad. Soy de mecha
corta.
No pude aguantar más.
La botella encontró su camino hasta su cabeza.
Se oyen las sirenas de policía en la calle.
A lo mejor me buscan a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario